martes, 16 de abril de 2013

¿El fin de las máquinas de escribir?

La noticia surgió en Mumbai, India, y resonó en los teclados del mundo. “Cierra la compañía hindú Godrej and
La noticia surgió en Mumbai, India, y resonó en los teclados del mundo. “Cierra la compañía hindú Godrej and Boyce Manufacturing Company”, decía la nota.

Se trataba, aseguraban diversos medios de comunicación, de la última fabricadora de máquinas de escribir, y aunque algunos ya hasta la habían olvidado, los alcanzó la nostalgia.

Entonces, un tsunami de información llegó con fuerza: el 25 de abril acabó una era histórica. “No es cierto”, apuró la voz Ed Michael; su empresa Swintec las sigue fabricando en China, Japón e Indonesia.

No faltó quien trató de encontrar resquicios donde siguieran elaborando este artefacto que obtuvo su primera patente en Inglaterra en 1714; aun así, las cifras revelaban el panorama: la Godrej había sido fundada en 1897 y, en los noventa, vendía hasta 50 mil al año; hasta el 2009, producía entre 10 y 12 mil aparatos.

Ahora remata los últimos 500. Bueno, la Godrej and Boyce no era la última, pero sí la portadora del anuncio para un réquiem que será inevitable.
No faltó quien trató de encontrar resquicios donde siguieran elaborando este artefacto que obtuvo su primera patente en Inglaterra en 1714; aun así, las cifras revelaban el panorama: la Godrej había sido fundada en 1897 y, en los noventa, vendía hasta 50 mil al año; hasta el 2009, producía entre 10 y 12 mil aparatos.

Ahora remata los últimos 500. Bueno, la Godrej and Boyce no era la última, pero sí la portadora del anuncio para un réquiem que será inevitable.

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